Todo lo que debemos saber sobre acrocordones

Todo lo que debemos saber sobre acrocordones

Los acrocordones, también conocidos como fibromas blandos o pólipos fibroepiteliales, son pequeñas protuberancias en la piel que suelen aparecer en áreas donde hay fricción, como el cuello, las axilas, los párpados o la ingle. Estas formaciones cutáneas son benignas, es decir, no representan un riesgo para la salud, aunque muchas personas optan por eliminarlas por razones estéticas o de comodidad.

¿Qué son los acrocordones?

Los acrocordones son crecimientos suaves y carnosos que cuelgan de la piel mediante un pequeño tallo. Aunque su tamaño puede variar, suelen ser pequeños, de apenas unos milímetros de longitud, aunque en algunos casos pueden crecer más grandes. Su color es similar al de la piel o ligeramente más oscuro, y a menudo se forman en grupos.

Aunque la causa exacta de los acrocordones no está completamente clara, se ha observado que su aparición está relacionada con ciertos factores como la edad, el sobrepeso y las condiciones genéticas. Las personas mayores y aquellas con sobrepeso son más propensas a desarrollar estas lesiones cutáneas debido al aumento de la fricción en la piel. Además, hay un componente hereditario, ya que algunas personas tienen una predisposición genética a desarrollar acrocordones.

Tratamientos disponibles

Aunque los acrocordones no son peligrosos, muchas personas deciden eliminarlos por razones estéticas o porque causan molestias al frotarse con la ropa o las joyas. Existen varios métodos para su eliminación, y todos deben ser realizados por un dermatólogo:

  • Crioterapia: El acrocordón se congela utilizando nitrógeno líquido, lo que provoca que se caiga después de unos días.
  • Cauterización: Se utiliza calor para quemar el acrocordón, eliminándolo de manera efectiva.
  • Excisiones quirúrgicas: El dermatólogo corta el acrocordón utilizando un bisturí o tijeras quirúrgicas. Este método es rápido y requiere de pocos cuidados postoperatorios.

Es importante evitar tratamientos caseros, como intentar arrancar o cortar el acrocordón uno mismo, ya que puede llevar a infecciones o cicatrices.

No hay una forma garantizada de prevenir la aparición de acrocordones, pero mantener un peso saludable y evitar el uso de ropa ajustada puede ayudar a reducir la fricción en la piel y disminuir las probabilidades de que se formen.

¿Cuándo consultar a un dermatólogo?

Si bien los acrocordones no suelen causar problemas de salud, es recomendable acudir a un dermatólogo si estos cambian de color, tamaño o forma de manera repentina. En raras ocasiones, lo que parece ser un acrocordón puede ser otra lesión cutánea más grave, como un carcinoma. Por ello, es fundamental que un profesional evalúe cualquier cambio anómalo en la piel.

Desde InfoTerrassa.net te recomendamos a Idermic, tu dermatólogo en Terrassa para resolver cualquier duda que tengas sobre acrocordones u otro tipo de lesiones de la piel.

Redacción Info Terrassa

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